Aunque en la actualidad el faro de Tévennec está totalmente automatizado, los fareros de la época decían lo siguiente sobre él: Esto no es realmente un faro de alta mar, esto es un infierno, el estar rodeado completamente de agua y con tormentas durante la mayoría del año, es un tremendo purgatorio que no acaba nunca, prefiero la más mísera de las cárceles, antes que esta tortura mental.